LAS CINCO TENDENCIAS DE DATA4 PARA EL CENTRO DE DATOS DEL FUTURO

Lo digital nunca ha sido tan crucial para la economía mundial como ahora. Durante la pandemia, la gran resistencia y agilidad de las infraestructuras de los centros de datos permitieron una rápida adaptación a las nuevas necesidades, y sectores enteros de la economía pudieron seguir funcionando. Esta tendencia continuará en 2022, a medida que vayamos definiendo los contornos de la «nueva normalidad» a través de un nuevo entorno de trabajo híbrido. Si la infraestructura digital y el centro de datos se encuentran definitivamente en el centro de esta transición, la «cloudificación» será la maestra del juego. Las 5 tendencias que afectarán al sector de los centros de datos en 2022.  

Según Gartner, el crecimiento, la digitalización y la eficiencia son los tres principales objetivos de las organizaciones de todo el mundo. La «cloudificación», acelerada por la pandemia y respaldada por los planes de los Gobiernos europeos para acelerar la transición digital, contribuye a apuntalar estos retos. El cloud ofrece a las empresas la posibilidad de trabajar, innovar y colaborar en cualquier lugar y momento a través de plataformas ágiles y seguras, en los clouds que elijan (público, privado, híbrido). De hecho, para 2025, las plataformas nativas de cloud albergarán más del 95 % de las nuevas iniciativas digitales, una cifra que Gartner prevé que aumentará un 40 % con respecto a 2021.

Mientras las organizaciones recurren ahora a la multicloud y a tecnologías innovadoras como los contenedores y los microservicios para mejorar la portabilidad de sus cargas de trabajo en cloud, también se están desarrollando nuevos modelos como la DCIaas (Dedicated Cloud Infrastructure as a Service), un área que IDC predice que crecerá más de un 151 % anual de aquí a 2025, lo que permitirá obtener todos los beneficios del cloud público tanto in situ como en un entorno de colocación. En paralelo a la reciente ley de reducción de la huella medioambiental de la economía digital (REEN), cuyo objetivo es conciliar las transiciones digital y ecológica, todos estos parámetros convergen para dibujar un perfil de nuevos centros de datos más respetuosos con el medio ambiente, más seguros y más flexibles, adaptados al nuevo mundo tras la pandemia.

1°) LOS CENTROS DE DATOS TRAS LA PANDEMIA SERÁN MÁS FLEXIBLES Y ESTARÁN EN LA PERIFERIA,

Los centros de datos regionales han continuado su rápido desarrollo, legitimado además por el contexto sanitario y los beneficios cruciales que ofrece una infraestructura informática más distribuida. Esta tendencia se reforzará en los próximos años para apoyar nuestra economía digital tras la pandemia (teletrabajo, streaming de vídeo, desarrollo del comercio electrónico, Internet de las Cosas, 5G, etc.). Aunque la disponibilidad sigue siendo la máxima prioridad, estos centros de datos Edge también son más ágiles y eficientes energéticamente, al tiempo que ofrecen una latencia reducida. Su diseño ultramodular les otorga una ventaja en términos de rendimiento energético. Además, cada vez se desplegarán más en las redes para garantizar una alta disponibilidad mediante mecanismos de resiliencia distribuidos. Por tanto, su diseño es más ligero (Tier 2 menos redundante) y podrán desplazar las cargas de trabajo en función del origen de la energía consumida, lo que ofrece a las empresas soluciones de backup rápidas y un impacto medioambiental más controlado.

2°) PROPORCIONARÁN MEJOR PROTECCIÓN FRENTE A LOS ATAQUES,

Se calcula que el volumen de datos generados en todo el mundo superará los 180 zettabytes en 2025, lo que representa una tasa media de crecimiento anual de casi el 40 % en cinco años (fuente: IDC, Seagate, Statista). Esta asombrosa cantidad de datos es una fuente inestimable de información crítica para que una empresa pueda tomar decisiones estratégicas. Si el centro de datos es la bóveda digital de este nuevo oro negro y es objeto de codicia, es necesario seguir abordando las cuestiones de seguridad a través de controles reforzados tanto en términos de seguridad lógica como física, como el control de acceso a los edificios con drones, técnicas de reconocimiento facial cada vez más avanzadas, etc., que son esenciales para la seguridad global. Además, se adoptarán cada vez más las arquitecturas de confianza cero, que impiden que cualquier usuario o dispositivo se conecte a la red sin autorización. Sin embargo, para que este modelo funcione, las organizaciones tendrán que microsegmentar todos sus recursos, aplicar estrictos controles de acceso e inspeccionar y registrar todo el tráfico de red que involucre tanto a los terminales como a las cargas de trabajo y los datos. Además, para reforzar la seguridad de los datos externalizados en estas infraestructuras, las empresas optarán mayoritariamente por arquitecturas multicloud como Azure o Amazon. Más adelante, las empresas recurrirán a tecnologías avanzadas de cifrado, como el cifrado homomórfico, que aplica un sistema matemático de cálculos a los datos sin necesidad de descifrarlos.

3°) RESPONDERÁN A LOS DESAFÍOS DE LA ALTA DENSIDAD,

La feroz guerra de procesadores entre Intel y AMD está dando a los centros de datos un mayor margen de innovación y potencia para satisfacer las necesidades de cálculo intensivo de la IA y otras aplicaciones. Sin embargo, esta alta densidad plantea un reto importante: al albergar infraestructuras cada vez más densas en un espacio limitado, los centros de datos deben responder a un desafío: la disipación de una mayor cantidad de calor. Además, poco a poco en los próximos años veremos el despliegue combinado de la refrigeración tradicional en los bastidores de baja densidad y la refrigeración líquida en los bastidores de alta densidad.

4°) HARÁN UN MAYOR USO DE LAS HERRAMIENTAS DIGITALES,

La pandemia mundial, junto con el flujo de innovación en torno a la automatización del software y la inteligencia artificial, han reforzado la necesidad de acelerar el desarrollo de los centros de datos y hacer que sus operaciones dependan menos del ser humano. La adopción de modelos de construcción cada vez más racionalizados, como el BIM (Building Information Modeling), acelerará el proceso y personalizará el diseño lo más posible a las necesidades, integrando al mismo tiempo el componente de seguridad. Al permitir que la simulación y las pruebas (electricidad, control de acceso, escenarios de evacuación, costes de calefacción, etc.) se realicen en el ordenador de antemano, el concepto de «gemelo digital» evitará posibles errores antes de la construcción física. Además, en un momento en que los edificios deben ser más eficientes energéticamente, es un paso útil para optimizar el mantenimiento predictivo. Lo que queda es utilizar herramientas de creación de modelos desde el diseño hasta el mantenimiento que utilicen los mismos estándares y se comuniquen entre sí.

5°) Y NORMALIZARÁN EL CÁLCULO DE SU HUELLA AMBIENTAL.

El sector de los centros de datos está trabajando para acelerar el desarrollo y la adopción de prácticas sostenibles de cara a limitar su impacto en el cambio climático global. Esta responsabilidad medioambiental se ve reforzada por la presión de los reguladores del mercado, los inversores y los clientes. Fomenta la innovación continua, como la refrigeración líquida, los centros de datos submarinos y el uso de energías renovables. La sostenibilidad de los centros de datos se ha convertido en una prioridad y su medición en una constante: hay que optimizar su instalación, desde el diseño hasta el funcionamiento y durante todo el ciclo de vida, implicando en ello a todos los actores del ecosistema.

Sin embargo, aunque cuantifiquen su impacto ambiental, será necesario que cada uno de ellos utilice los mismos criterios de evaluación para permitir comparaciones pertinentes tanto en el tiempo como en el espacio.