
La tecnología avanza y el sector de los centros de datos sigue creciendo a un ritmo sin precedentes. Los profesionales del sector, incluso los que cuentan con experiencia de varias décadas, coinciden en que no se había observado un crecimiento tan acelerado en los últimos 20 años, ni siquiera 30 años. Esa expansión se ha vivido sobre todo en Europa, donde se espera que la demanda se dispare en un futuro cercano. En Data4, hemos estimado un crecimiento anual del 30 % y una cuadruplicación de la capacidad de nuestra plataforma para los próximos seis años. En tan solo cuatro años, nuestra potencia ha pasado de 10 MW anuales a la previsión de 100 MW en 2025. Nos enfrentamos a importantes desafíos que requieren un enfoque nuevo, estratégico y sumamente riguroso.
Los factores clave del éxito: la planificación y la industrialización
Ante este crecimiento exponencial es fundamental planificar de manera eficaz y para ello debemos escuchar atentamente a nuestros clientes. Son los que nos aportan información valiosa sobre el mercado y sus necesidades actuales. Debemos adoptar un enfoque real y práctico, y analizar el ecosistema, desde los proveedores hasta los clientes, para poder calcular las capacidades de producción y adaptación.
La industrialización también desempeña un papel esencial. Gracias a la colaboración con las principales partes implicadas, líderes de sus respectivos mercados, podemos optimizar nuestros procesos y ser más eficientes. Si queremos seguir el ritmo de esa alta demanda, es fundamental contar con una cadena de producción más ágil y resistente.
Una responsabilidad compartida: el medioambiente
Urge reducir la huella medioambiental de los nuevos centros de datos. Actualmente, la tecnología digital representa un 4 % de las emisiones globales de carbono, de las cuales un 16 % corresponde a los centros de datos.
Conscientes de este impacto, empezamos a colaborar con un socio italiano para usar hormigón con bajas emisiones de carbono. Desde 2012, hemos logrado reducir nuestra huella de carbono en un 13 %. En 2023, conseguimos una disminución adicional del 2,3 % por MW. Siguiendo en esa dirección, estamos estudiando nuevas soluciones con bajas emisiones de carbono, concretamente para las cimentaciones y los materiales de construcción.
La eficiencia energética es otro de los grandes desafíos. Durante los últimos 10 años, el rendimiento energético de nuestros centros de datos ha aumentado un 25 % al optimizar el diseño. A día de hoy, tenemos un buen nivel de eficiencia energética con un valor PUE de 1,2/1,3, una cifra estándar óptima a nivel europeo.
El desafío estratégico de atraer y retener profesionales cualificados: la guerra por el talento
Además de las infraestructuras y de la tecnología, otro de los grandes desafíos es la escasez de talento. En los dos últimos años, esto ha provocado una fiera disputa entre los operadores, proveedores y clientes por captar a esos profesionales.
En este contexto, debemos replantearnos nuestra estrategia de contratación y formación. El objetivo ya no es solo atraer a profesionales con talento a nuestra empresa, sino trabajar para desarrollar las competencias en todo el ecosistema. Por lo tanto, colaborar con socios y proveedores para establecer una cantera de profesionales cualificados se ha convertido en una necesidad imperiosa.
Construyamos juntos el futuro de los centros de datos
La transformación del sector se basa en las sinergias que surgen entre el crecimiento, la innovación y la responsabilidad medioambiental. Ante este panorama, somos muy conscientes de que para lograr un éxito duradero son esenciales todas nuestras alianzas estratégicas con los mejores proveedores en las respectivas áreas.
El futuro se vislumbra incluso más ambicioso. En los próximos cuatro años verá la luz un nuevo campus de 120 MW. Además, para diseñar y crear la siguiente generación de centros de datos, con capacidades de hasta 75 MW, se necesitará un enfoque completamente innovador.
Nos encontramos en un punto de inflexión histórico. Solo juntos podremos construir un futuro en el que los centros de datos no solo crezcan, sino que evolucionen de manera más controlada, sostenible y colaborativa. Nuestro deber común es conformar el futuro de las infraestructuras de datos, aunando rendimiento, innovación y responsabilidad social.