
Con el meteórico ascenso de la IA, los centros de datos ocupan una posición central en el desafío climático. En tanto que pilares invisibles de esta revolución digital, formamos parte del «alcance 3» de nuestros clientes, en particular los proveedores del cloud y los principales actores de la IA, al desempeñar un papel estratégico en su cadena de valor. Las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía, las infraestructuras y los servicios que proporcionamos se integran en su balance de carbono y reflejan el impacto indirecto de sus actividades. Para reducir este alcance, tenemos que reinventar nuestro modelo mediante la combinación de la innovación tecnológica y la construcción responsable.
Todo empieza con un ACV
Desde 2020, Data4 incluye sistemáticamente un análisis del ciclo de vida (ACV) en el diseño de sus centros de datos en Europa. Este enfoque holístico permite evaluar con precisión el impacto ambiental de un centro de datos a lo largo de todo su ciclo de vida, y ha revelado así que el 20 % de las emisiones de GEI proceden de la fase de construcción y el 80 % de la explotación, en un periodo de 20 años.
Estos análisis, que se ajustan a las nuevas normas europeas, excluyen la fabricación de equipos informáticos y se centran en las infraestructuras. Ofrecen una imagen completa del impacto, lo que permite a Data4 orientar sus decisiones hacia soluciones más responsables, como la adopción de materiales bajos en carbono o la mejora continua de la eficiencia operativa de los centros de datos.
Estos análisis, que se ajustan a las nuevas normas europeas, excluyen la fabricación de equipos informáticos y se centran en las infraestructuras. Ofrecen una imagen completa del impacto, lo que permite a Data4 orientar sus decisiones hacia soluciones más responsables, como la adopción de materiales bajos en carbono o la mejora continua de la eficiencia operativa de los centros de datos.
Construcciones más ecológicas
Gracias a estos análisis del ciclo de vida, los operadores pueden identificar las opciones más ecológicas para minimizar el impacto ambiental de los edificios. Una de estas soluciones es el uso de hormigón bajo en carbono. Este material, que reduce las emisiones estructurales hasta un 30 %, también mejora el aislamiento térmico y es más fácil de reciclar. Esta tendencia, que Data4 detectó hace ya algunos años, es una realidad que aplicamos en cada nuevo centro de datos que se construye en Europa.
Pero construir menos es, a veces, la mejor respuesta. La reconversión de terrenos industriales abandonados o edificios en desuso en modernos centros de datos reduce la presión sobre los recursos naturales y aprovecha al máximo los emplazamientos existentes. Estas prácticas se inscriben en una lógica de sobriedad muy oportuna en un sector en plena expansión.
Hacia una economía circular de los equipos
Pero los esfuerzos no se detienen en las paredes. Los equipos —cableados y sistemas de refrigeración— constituyen una gran parte de la huella de carbono de los centros de datos. Para remediarlo, los operadores apuestan por la circularidad: mantenimiento optimizado mediante sensores, prolongación de la vida útil de los componentes, reutilización o reciclado de los equipos.
Operar de forma sostenible
Una vez que los centros de datos están operativos, la optimización se convierte en un imperativo. La integración de soluciones de inteligencia artificial está transformando la gestión de los recursos. Al ajustar los parámetros de consumo de energía y agua en tiempo real, la IA puede reducir el impacto, al tiempo que garantiza un rendimiento óptimo.
Herramientas como los «cuadros de mando medioambientales» ofrecen una transparencia sin precedentes. Compartidos con los clientes, permiten seguir con precisión la huella de carbono de las infraestructuras y equipos informáticos, y ayudan a reducir la huella medioambiental de toda la cadena de valor.
Además, innovaciones circulares como recuperar el calor generado por los servidores para calentar edificios, alimentar granjas o incluso cultivar algas, reciclarlo como biomasa y reutilizarlo en la fabricación de cosméticos o productos alimentarios (proyecto de centro de datos biocircular) reflejan cómo los centros de datos pueden formar parte de un enfoque global de sostenibilidad.
Un reto colectivo de impacto mundial
Según las estimaciones, los centros de datos representan el 16 % de la huella de carbono del entorno digital, frente al 79 % de los terminales. Esta cifra pone de relieve la importancia de la acción colectiva. Y es que los operadores no pueden afrontar este reto solos: clientes, proveedores y socios deben trabajar juntos para que sus esfuerzos se correspondan con los objetivos de desarrollo sostenible.
Reducir el alcance 3 significa replantearse no solo la construcción y explotación de infraestructuras, sino también el mantenimiento y la gestión de residuos. Este enfoque holístico, combinado con una mayor cooperación, es esencial si queremos transformar el impacto del entorno digital a escala mundial.
Los operadores de centros de datos ya no son simples proveedores de alojamiento: se han convertido en los arquitectos de un futuro digital sostenible. Al aumentar la densidad de sus infraestructuras, adoptar prácticas respetuosas con el medio ambiente e integrar la innovación en todas las etapas de sus proyectos, demuestran de forma concreta que hoy es posible contar con un modelo que combine rendimiento y respeto por el planeta.